Esta es la última herramienta que
hemos aprendido a utilizar por parte del profesor Eduard, un MOODLE. Esto algo
que nunca me había planteado saber hacer ya que creía que era algo mucho más
complejo de lo que para mí ha sido.
Antes no creía poder ser capaz de
llevar a cabo este trabajo, a simple vista, tan complejo. Confiaba que alguien
fuera el encargado de esta tarea o, simplemente, pensaba que para Infantil no
sería necesario y, por lo tanto, es algo que nunca me había planteado saber
hacer. Pero, a lo largo de esta asignatura, me he ido dando cuenta de la
importancia que tienen estas herramientas en la actualidad y que la razón por
la que probablemente nunca me había planteado aprender a hacerlo es porque yo
empecé a utilizarlo cuando era ya más mayor de lo que serán mis futuros
alumnos. La sociedad avanza y nosotros deberíamos hacerlo con ella, como he
comentado en multitud de ocasiones en este blog.
Creo que es una herramienta muy útil
para hacer actividades, pero sobre todo, creo que es una herramienta útil para que
puedan contar con todo el material que queramos proporcionarles y puedan seguir
aprendiendo desde casa. Por otro lado, puede ayudar a mejorar la comunicación
con los padres ya que probablemente es una herramienta que utilizarán
conjuntamente con sus hijos.
Nunca antes había escuchado
hablar sobre este juego de piezas, por lo tanto para mí era algo completamente
nuevo que trabajar. Tengo que decir que al principio me parecía mucho más
complejo de lo que resultó ser ya que el programa que utilizamos era bastante
sencillo y fácil de utilizar. Utilizamos Inkscape, un programa que no había utilizado
con anterioridad pero el que desde entonces considero muy útil para crear
simples composiciones y/o dibujos. Al principio me costaba utilizar las
herramientas que necesitaba pero no me ha costado mucho habituarme y poder
trabajar con él.
La actividad consistía en volver
a crear cada una de las piezas que forman el Tangram con este programa siguiendo
un modelo de Internet, de manera que finalmente conseguimos un juego de Tangram
cuyas piezas podemos mover a nuestro antojo, con lo que podemos crear nuestras
propias figuras desde el ordenador. Finalmente tuvimos que presentar dos
modelos diferentes de figuras creadas con las piezas que acabábamos de hacer.
Me parece una actividad muy acertada, ya que a la vez que es muy
rica en contenido lógico matemático permite la adaptación de la actividad a las
nuevas tecnologías sin variar el contenido ni las posibilidades que da el juego
de reflexionar. Este juego, tanto en papel como utilizando recursos más
tecnológicos, permite desarrollar diversas capacidades muy importantes para la
vida de una persona, como por ejemplo; la capacidad de relacionar, la de
reversibilidad del proceso y la de capacidad de aplicación del conocimiento
lógico, entre muchas otras que hemos ido estudiado en otras áreas de este grado
de Educación Infantil.
Aquí os dejo mi Tangram y las dos figuras que he creado con él:
La tecnología está cambiando nuestras vidas. No es una moda
pasajera, es un hecho. Esta nos proporciona nuevos medios que nos permiten
trabajar de forma diferente, comunicarnos de forma diferente e incluso vivir de
forma diferente. Esto es algo que ya sabíamos todos, pero… ¿No os dais cuenta
de que esto cada día va más rápido? ¡Corre tú también!
Las personas evolucionamos con el tiempo, cada vez nos vamos superando en
cuanto a recursos y medios de comunicación. Esto, algunas personas lo pueden
considerar como algo negativo y, en cambio, otras como algo positivo. Yo creo
que ahora mismo eso da igual, porque no es algo que se pueda cambiar, ni mucho
menos evitar. ¿Qué hacer entonces?Utilizarlas, está claro. Si algo está claro es que la escuela nunca puede quedarse atrás, ya que eso
supondría no dejar avanzar a nuestros alumnos o, lo que sería peor, supondría
pretender enseñar partiendo de la desmotivación de gran parte del colectivo.
Esto no lo he extraído de ningún documento teórico que hayamos tenido que
estudiar, esto es algo que he aprendido en todos mis años de estudiante.
Supongo que, como todos, en un principio me he disgustado con asignaturas que
no me interesaban nada, pero siempre he dividido este grupo de asignaturas en
dos subgrupos, las soportables y las que podríamos llamar “hueso”. Hay una gran
diferencia entre ambas, las soportables eran y son aquellas que aunque no te
interesen demasiado tienen metodologías que, por decirlo de alguna manera, te
llaman la atención o te encuentras cómodo/a; en cambio, las asignaturas “hueso”
son aquellas que desearías poder eliminar (suprimir/extirpar/destruir/fusilar/matar) porque te
cuesta mantenerte despierto/a en clase y porque están tan lejanas a ti que no
sabes por dónde cogerlas. Hablando en plata, hay que evitar que nuestros alumnos piensen que están
siendo educados con métodos de la Prehistoria, los cuales odiarán y tratarán
como “hueso”, y hay que acercar su día a día a la clase. ¿Con qué finalidad? La
atención y la reina MOTIVACIÓN. Por lo tanto, con todo esto quiero decir que me encantan los avances y me
encanta también que existan programas accesibles para todos que nos ayuden a
enseñar lo que queremos con animaciones interactivas. Porque, sencillamente, no sé qué sería de
nosotros si en plena era de las tecnologías intentáramos limitar a pequeños
expertos tecnológicos al papel y lápiz. Uno de estos programas es JClic, un programa libre que sin ninguna duda utilizaré en un futuro.
Por otro lado, creo que es interesante que también nos introduzcamos en este mundillo nosotros, los profesores. No nos podemos perder la cantidad de ventajas que nos pueden ofrecer las nuevas tecnologías como, por ejemplo, compartir conocimientos y recursos con otros maestros, tener la posibilidad de utilizar, editar y aprovechar materiales y, por qué no, ayudarnos los unos a los otros. Creo que podemos ser un colectivo más unido a través de esto.
Uno de los programas que me pareció más interesante para poder hacerlo realidad fue Alexandria, una biblioteca de recursos digitales para el aula.
Poco
a poco seguimos aprendiendo nuevas cosas y ahora nos hemos empezado a
introducir en el complejo y atractivo mundo del Photoshop. Creo que llegar a
dominarlo completamente es una tarea muy difícil, tiene miles de diversas
opciones diferentes y me atrevería a decir que con él se puede llegar a hacer
cualquier cosa. Aunque, desafortunadamente, eso es algo muy complicado a lo que hay que dedicar muchísimas horas y ese no es
nuestro trabajo a día de hoy.
Yo
creo que nuestro objetivo ahora es aprender a utilizar sus herramientas más
básicas para que pueda ser un buen recurso para nosotros en un futuro. A través
de pequeños trucos podemos crear efectos que creo que pueden ser muy
interesantes de utilizar con nuestros pequeños, ya que son atractivos a la
vista si los utilizamos correctamente. Esto es lo que yo, personalmente, veo más positivo de todo, ya que como buenos nativos inmigrantes que serán nuestros alumnos se verán motivados en mayor grado si utilizamos este tipo de recursos. Y eso es lo que se necesita para APRENDER.
Como
ya he comentado en alguna de las entradas anteriores, siempre me ha llamado
mucho la atención la fotografía y creo que el retoque fotográfico también es un
arte en sí mismo. Nos puede ayudar a concretar lo que queríamos hacer o hasta
donde queríamos llegar al hacer una fotografía. Es decir, dominarlo en mayor o menor grado puede ser muy útil para nosotros y no sólo como futuros profesores, sino como personas.
Por
otro lado, sé que estos pequeños pasos que estamos dando con el Photoshop nos
ayudarán con uno de los trabajos que tenemos que ir haciendo. Poco a poco, vamos teniendo más
recursos o facilidades para que el vídeo de nuestro aprendizaje quede mejor o más atractivo. Esperemos...
* La imagen original es la del centro, las otras dos están formadas por duplicados de un mismo lado de la cara de la persona. Tuvimos que trabajar con nuestra propia fotografía para que nos diéramos cuenta antes de los cambios que esta variación supone. De esta manera también podemos saber si nuestra cara es, más o menos, simétrica.
Esta semana con María Elena hemos
estado tratando el tema de la fotografía, ya que es un recurso muy importante
que tenemos hoy en día para expresarnos. Todo el mundo sabe hacer fotos. Bueno,
mejor dicho, todo el mundo sabe darle al botón para que la cámara haga la foto.
Pero saber hacer fotografías es algo un poco más complejo que todo eso. ¿Qué es
saber hacer fotografías?
Creo que esa pregunta cada persona
la puede contestar de una manera u otra. Y, personalmente, yo no lo tengo aún del
todo claro, porque para mí, saber hacer fotografías es algo complicado e
idílico. Es algo que quiero aprender a hacer.Es algo que estoy intentando
aprender a hacer. Y, también, es algo que aún no he conseguido aprender a hacer.
Hay que saber jugar con muchos elementos al mismo tiempo. Sí, pero fuera de
todo eso, hacer fotografías es algo “especial”. Para mí, entre otras muchas
cosas, la fotografía es contar algo a través de las imágenes, sabiendo qué
quieres contar. Es transmitir sentimiento, sea cual sea. Es una forma de
demostrar cómo ves el mundo. Es hacer de un instante algo eterno. Es el pasado
hecho presente y el presente hecho futuro. Es un arte.
El hecho de tratar el tema en clase
y de hablar sobre los diferentes encuadres, planos y ángulos de una fotografía
me ha gustado. No porque sea una manera de aprender aspectos técnicos de la
fotografía, que también es algo que me interesa, sino porque forman parte de
los responsables de transmitir significado a dichas fotos. Son quienes nos
cuentan la historia que hay detrás de la imagen, es decir, quienes afloran
sentimientos y sensaciones diversas. Porque dependiendo de lo que utilicemos en un momento determinado, nos transmitirá cosas diferentes. Es fascinante pensar en el gran abanico de resultados que podemos obtener en un mismo momento, es fascinante todo lo que se puede llegar a hacer con una cámara. Me encanta el poder de la fotografía.
Entre otras cosas, considero que un
buen recurso para hacer que los niños aprendan es la fotografía. Llama la atención,
clarifica a la vez y puede llegar a ser incluso más significativa que las
palabras. Porque como dice la famosa frase, una imagen vale más que mil palabras.
Estuvimos trabajando el tema a partir de este entrañable vídeo, cuyos encuadres y ángulos están pensados, especialmente, para transmitir algo. Tuvimos que capturar momentos determinados de este vídeo, haciéndolos imágenes para reconocer las diferentes técnicas que se utilizan en la fotografía. Por ejemplo, a partir del minuto 0:19 hay una secuencia en ángulo picado, es decir, grabada desde arriba que transmite una sensación de pequeñez y debilidad a quien está observando. Porque desde esta vista, quien lo observa, se siente superior. Nos transmite pena, por así decirlo, hacia el equipo que nunca gana.
Quizás esta pregunta ha quedado demasiado filosófica. La
pregunta que realmente me estoy planteando es “¿Soy nativa o inmigrante digital?”
He estado pensándolo desde que hice la reflexión “Nativos
vs. Inmigrantes digitales” y aún no he conseguido llegar a ninguna conclusión
determinada. Creo que he crecido en los últimos años de transición, es decir, en
los años que las nuevas tecnologías han necesitado para poder asentarse. Esos que han necesitado para
poder llegar a decir “Aquí estamos nosotras y desde ahora vamos a tener un peso
importante en la sociedad”. Por lo tanto ¿era pequeña y llegaron en mi infancia? La respuesta es sí, pero con matices.
Cuando llegaron las nuevas tecnologías se fueron imponiendo poco a poco. Todo necesita un tiempo hasta llegar a ser verdaderamente importante como para cambiarlo todo. (En cierto modo, es lo que ellas han ido haciendo estos últimos años). Con esto quiero decir que en aquella época era algo novedoso, pero que aún no tenía demasiado peso en la sociedad. Era un capricho, no una necesidad. Y como capricho, no todo el mundo estaba dispuesto a gastarse su dinero en ello. Y, por lo tanto, no generalmente todos los niños de mi edad tenían que tener el mismo nivel de domino.
En los colegios no contábamos con ningún tipo de recurso informático que nos pudiera ir introduciendo y, como nuestros profesores no estaban acostumbrados a ellos, se le daba mucha más importancia a los métodos antiguos. A medida que íbamos creciendo se nos iba imponiendo cada vez un poco más, pero principalmente eran trabajos que teníamos que hacer por nuestra cuenta. Crecimos solos, innovando, experimentando y sin apenas guía. Y sólo con los recursos que pudiéramos tener en casa, que naturalmente no eran tantos como los de hoy en día.
Yo me considero nativa digital, pero quizás algo diferente a los nativos que nacen y crecen ahora. Ni mejor, ni peor, simplemente diferente. Ellos están siendo guiados desde que nacen, porque la sociedad los arrastra. Pero yo y todos los de mi generación, nunca hemos tenido miedo a estar en contacto con una "máquina". Porque sí éramos niños cuando las vimos por primera vez.
¿Existen realmente estas etiquetas?Sí. Si nos planteamos
la pregunta de esta manera está claro: ¡Sí existen! Yo creo que sí que existen,
pero ¿por qué?
Generalmente, al aprender algo desde pequeño se te cuela
más hondo que si lo aprendes de mayor. Esto es gracias a la gran capacidad de
asimilación que tienen nuestros peques, la misma que nosotros tuvimos hace años.
Y aquí la única diferencia entre unos y otros es que unos son esponjas y otros fueron esponjas. Es decir, los nativos digitales han tenido la suerte
de nacer en la era de la tecnología y de los avances informáticos y, por lo
tanto, pueden aprender a desenvolverse en este mundillo en el mejor momento que
tiene una persona para aprender, en la infancia. En cambio, los inmigrantes
digitales tienen que hacerlo con una obvia mayor dificultad, porque esta
innovación aún no había llegado cuando ellos eran “esponjas”.
Creo que esto es algo que pasará siempre, siempre habrá
algo nuevo que aprender y algo nuevo a lo que adaptarse. Pero también, siempre
habrá un niño que lo aprenda antes que tú (siempre y cuando se lo enseñen
correctamente). Por esto existen y siempre existirán las diferencias generacionales. Por lo tanto, no creo que estos aspectos sean un mito,
ciertamente existen aunque no lo queramos ver. No estamos bajo igualdad de
condiciones. Pero esto, ni mucho menos, significa que por que alguien sea un “inmigrante
digital” no vaya a tener la capacidad para aprender a usar las nuevas
tecnologías, yo creo que con ganas y voluntad todo se puede conseguir. Pero es
necesario tener la suficiente valentía para lanzarse a la piscina y no utilizar como
escusa nuestra condición. Un ejemplo claro sería el hecho de aprender idiomas. Un
niño aprende un idioma correctamente y en mucho menos tiempo que una persona ya
relativamente adulta. Y, aunque con el paso del tiempo este adulto lo
consiguiera, siempre le quedaría su querido acento característico que le
demostrará siempre al mundo que es inmigrante en esa lengua. Pero eso no
significa que no puedas llegar a dominarlo y que dominarlo no vaya a ser útil
para ti. Por otro lado, para que un niño aprenda necesita estar en
contacto con lo que quiere o tiene que aprender para que a través de la
experimentación constante lo aprenda. En los tiempos de crisis que corren no
todas las familias tienen los recursos económicos para mantener a los niños en
contacto con las nuevas tecnologías. Estos niños sólo podrían aprender a través
de los recursos que proporcione el colegio o alguna posible actividad extraescolar
y, en mi opinión, también son nativos digitales. Puede que con menos facilidades y puede que a la larga puedan presentar un mayor grado de dificultad que los que sí han podido disfrutar
totalmente y diariamente de los avances. Pero ¿qué sería el mundo sin la diversidad? ¿Y sin las desigualdades? Sí que existen. ¿Entonces qué? Entonces nada. Es un hecho inevitable, no podemos cambiar nuestra condición por mucho que queramos. Así que... ¿Por qué no ser inmigrantes digitales conocedores o incluso expertos en nuevas tecnologías? El mundo no se va a parar por nadie. Renovarse o morir.
¿Qué es la alfabetización digital? Esta es una pregunta
que me planteé al matricularme en esta asignatura.
Recuerdo que estaba ajetreada en mi casa haciendo la
matrícula para este curso. Por un lado, intentando hacerla lo más rápido posible
para que nadie me quitara el horario que yo quería y, a la vez, atenta para no
equivocarme en nada y ahorrarme la burocracia que proviene de algún error tonto.
Cuando por fin acabé, me senté en el sofá con el papel que acababa de imprimir
para comprobar que todo estuviera en orden. Y, por qué no, también para poder
colgarme la medalla de que por fin lo había conseguido: “¡Bien, me he
matriculado!”.
Comencé a leer las asignaturas que me tocan hacer este curso
cuando llegó esta, “Alfabetització digital, grup 2C”. ¿Alfabetización qué?
¿Digital?Entonces me comencé a plantear sobre qué puede tratar esta, peculiar o
no, asignatura. Alfabetización proviene de alfabeto, es decir, seguro que
está relacionado con el hecho de escribir y/o leer. Pero, a la hora de añadir
el término “digital” ya me descolocó: “Ya está, enseñar a escribir y leer con
letra de ordenador”. Estaba claro que eso no podía ser, pero cabe señalar que
aún estaba en la espesura mental del verano. Después de esto, me imaginé a mi prima
pequeña jugando con mi ordenador y pensé en el hecho de aprender a crear
recursos para adecuar el aprendizaje a los tiempos que corren.
Sencillamente me quedé con ese pensamiento y la verdad es
que me gustó. Me gustó bastante. Siempre me ha llamado la atención el hecho de
aprender a hacer vídeos, fotografías y animaciones. Supongo que por eso me
quedé con esta concepción de la asignatura. Aún no sé qué es exactamente lo que haremos a lo largo
del curso y está claro que, te guste o no, es una asignatura que tienes que
hacer para sacarte el grado. Pero siempre es preferible que te guste para que
te motive a aprender, que es el objetivo que deberíamos tener.